Se hace referencia a la inhibición de conductas dentro del constructo denominado
función ejecutiva refiréndose a la condición de interrupción de alguna respuesta o secuencia de conductas que anteriormente han sido automatizadas o aprendidas para resolver alguna tarea o acción.
La conducta o acción inhibida deberá permanecer suspendida ante algún estímulo novedoso para permitir que otra serie de respuestas o acciones se ejecuten. Un ejemplo de esto es la incapacidad de algunos pacientes de pasar por una puerta sin intentar abrirla.
También puede demorarse esta secuencia de acciones de manera temporal, en la espera de un momento posterior más adecuado para ponerse en práctica.